De niños, todos aprendimos a dibujar el futuro con nuestras manos. Hemos hecho volar avioncitos de papel, ensamblados con las manos. Casi todos hemos sabido construir un castillo de arena formando cubos de arena y agua, con las manos. Hemos compuesto las canciones y poemas más memorables, escribiendo las letras a mano. Todos los ejemplos, han tenido su valor en nuestra memoria  porque nosotros mismos los hemos creado. El recuerdo perdura con los años por lo que ello nos hace vivir ahora: Una gran experiencia en la vida. Pero, a todo esto, ¿Has construido una casa… con tus manos?

Antonia Martínez es beneficiaria del Programa de Vivienda Digna de Vamos a Dar. De sus propia voz, nos ha compartido la experiencia que ha vivido tras lograr uno de los sueños de toda su familia: Construir su propia casa. Escucha su testimonio:

Antonia: “Construir uno mismo la casa se valora al 100%. Mi esposo fue el beneficiario. Tenemos 2 hijos, uno en primaria y otro en preescolar. Hace 2 años pasamos por una situación muy difícil: nos tiraron la casa donde vivíamos, tuvimos que hacer muy rápido otros cuartitos, no teníamos luz, ni agua. No era el mejor lugar para vivir. En cuanto nos enteramos de la convocatoria para ser beneficiarios, metimos los papeles y nos sacrificamos todos. Participamos toda la familia en acarrear materiales, construir, levantar los muros. Mis hijos pusieron las piedritas para decorar el sillar. Por todo el esfuerzo que nos costó, la cuidamos muchísimo.

Nosotros no teníamos nada en un inicio, fue una etapa muy dura. Gracias a que nos apoyaron y a que diariamente contamos con la supervisión y capacitación de la gente de la Fundación, entre todos logramos que las cosas sucedieran.”

 

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