5 Razones para invertir en la educación de la mujer indígena en México
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1. La mujer indígena vive una triple discriminación.
La mujer indígena en México vive condiciones de discriminación, reflejadas en tres formas distintas: por ser pobres, por su origen étnico y por su género. La condiciones de pobreza y marginación que viven muchas comunidades rurales obliga a sus habitantes a migrar en busca de mejores perspectivas económicas, dejando poco o nulo espacio para la conclusión de sus estudios. Sumado a esto, existen altos índices de discriminación para la inserción laboral, tanto para hombres como para mujeres, en los sectores de manufactura y servicios de la economía nacional. Las razones: considerarlos individuos poco preparados o no aptos para desarrollar tareas de alta responsabilidad.
Las costumbres familiares de las comunidades indígenas señalan a la mujer como quien debe hacerse cargo únicamente del cuidado del hogar y la crianza de los hijos, a edades tempranas, 18 años en promedio, y muchas de las veces sin tratarse de una decisión personal, sino impuesta por los jefes de familia o sus cónyuges.
2. La maternidad temprana limita el acceso a los estudios superiores.
Quienes conformamos la Fundación Vamos a Dar, creemos en la importancia que el acceso a la educación escolar tiene para lograr erradicar y revertir las condiciones en que vive actualmente la mujer indígena del Estado de México, así como ser factor que facilite la expansión de la libertad en sus actividades y decisiones. La formación que se adquiere en la educación primaria y secundaria es esencial para adquirir competencias básicas que permitan a los estudiantes encontrar oportunidades laborales en un futuro. De mayor peso es acceder a los estudios de bachillerato y universidad, en donde tendrían posibilidades de adquirir habilidades técnicas y profesionales para lograr su inserción en actividades económicas mejor remuneradas.
Según estadísticas del Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas en México (IDH), la mujer indígena de 15 años o más logra estudiar en promedio 4 años, lo que significa que su educación se trunca en los niveles secundaria y bachillerato.
El 94% de las mujeres indígenas logra concluir sus estudios de nivel primaria; el 62% cursa la secundaria completa; el 21% accede a estudios de bachillerato; tan sólo el 3% tiene la oportunidad de continuar sus estudios a nivel profesional.
Por otro lado, la diferencia entre jóvenes de 15 a 19 años que no asisten a la escuela es del 59% para la población indígena y del 41.7% para la población no indígena. De este porcentaje, en el mismo rango de edad, 48.5% de los hombres alcanza de 5 años de estudios, frente al 38.6% de mujeres (4 años máximo) que no lo logran. Esto sugiere un alto índice de deserción a partir de dos situaciones: las mujeres indígenas cumplen su edad fértil y los hombres adquieren responsabilidades para trabajar por mantener el hogar.
3. Las becas escolares son una oportunidad para seguir estudiando y apoyar la economía familiar
El proyecto educativo de Vamos a Dar, incluye el otorgamiento de becas para alumnos indígenas de educación media, media superior y universitaria de las comunidades más desfavorecidas de nuestro país. Este apoyo representa para los estudiantes la única oportunidad de continuar sus estudios y la posibilidad de mejorar social y profesionalmente para colaborar con su comunidad en un futuro.
La beca que se otorga a cada alumno es de gran ayuda , ya que gracias a ello pueden solventar gastos básicos que se presenten en el transcurso del ciclo escolar, tales como: transporte, compra de útiles, materiales escolares, alimentación y uniformes según sea el caso.
El proyecto de becas para primaria, secundaria y bachillerato consiste en la entrega de apoyos económicos bimestrales a niños indígenas de escasos recursos con un nivel de excelencia académica, de 9.0 puntos en adelante, en municipios de Alta Marginación. El proyecto de Becas Universitarias a estudiantes sobresalientes de comunidades marginadas del Estado de México consiste en el pago al 100% de la carrera Universitaria, más un apoyo económico para solventar los gastos escolares de manera mensual, dicha beca se renueva semestralmente dependiendo la carrera y la institución elegida.
4. Invertir en su desarrollo personal y profesional es la clave para el desarrollo de las comunidades.
5. Trabajar en equipo es mejor.
Gracias a todas las aportaciones que nuestros inversionistas han otorgado para la educación de jóvenes y adolescentes de las comunidades más necesitadas del Estado de México, ha sido posible transformar la vida de muchos jóvenes. Trabajar en equipo y lograr el cambio es posible. ¡Súmate! Tú también puedes transformar una vida.
FUENTES:
- Informe sobre Desarrollo Humano de los Pueblos Indígenas en México 2013
- Panorama de la Adolescencia Indígena en México desde una Perspectiva de Derechos (UNICEF)
- Censo de Población y Vivienda INEGI 2010
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